martes, 2 de agosto de 2011

Veintiún días

Podría escribirte veintiún días seguidos hasta que el tiempo me recuerde que me queda un año menos. Y hacerlo rápido sin pensar, sin adornarme, tal y como nace la poesía abandonada en cubos de basura y nacen los versos en el vientre de una puta.

Podría dejar pasar todos los trenes a sabiendas de que hace muchos que el tuyo ya pasó de largo. Seguir fumándome la vida que sigue prometiéndome y nunca cumple nada.

Podría empezar de cero, pero si tengo que empezar de cero, empezaré en tu vientre como Charly. Leerte cada noche cuentos, y que tú me regales sonrisas intangibles que negligentemente se vuelven inmortales en mi memoria y me intoxican de nostalgia matándome poquito a poco.

Podría caer en el círculo vicioso de arrastrarme y desgarrarme sin tener claro que a estas alturas aún te merezcas mi sangre. Buscarte como un perro abandonado, con la cara triste y más perdido que el pobre diablo que pide dinero para drogarse en la esquina donde nos besamos por primera vez.

Podría mandarte mensajes en una botella, pero antes me bebí tantas para mandártelos que ya no recuerdo bien qué es lo que quería decirte.

Voy a escribirte veintiún días seguidos hasta que el tiempo me recuerde que me queda un año menos para encontrarte.

El Vendedor de Versos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"soñar contigo" de Toni Zenet, tu texto parece haber salido de alguna historia como esta