sábado, 6 de agosto de 2011

Amor, Dios y muerte

Quieren cambiar el mundo pero lo de este mundo es irreversible. Ni los decorados, ni las pantallas, ni las celebrities nos hacen olvidar que desde el más chico hasta el más viejo, durante toda nuestra existencia, tres palabras nos zarandean violentamente, como si tres preguntas vitales fueran las raíces que nos conectan con la tierra. Tres palabras sobre las que a lo largo de la historia han versado los poetas, han discurrido los sabios, han malhablado los necios, han despreciado los ricos, y han reinventado los míseros e incluso llevan marcados en su seno los no nacidos. Sobre amor, Dios y la muerte. Atrás y como meros decorados quedan la política y los mercados, los mitines y la publicidad, las mentiras y los datos macroeconómicos.

Del amor sé más bien poco, y como droga muy adulterada no me atrae probarla todavía.

De Dios sé muchas cosas pero el amor del que carezco es culpable del poco ejercicio de mi fe.

Y de la muerte sé más de lo que quisiera y es un monstruo gigante que ha barrido a tanta gente importante que me provoca mucho más odio que miedo.

El Vendedor de Versos.

1 comentario:

Cristina dijo...

Me ha encantado :)