jueves, 30 de diciembre de 2010

Yo era su persona, ella era supersónica

-Y ahora te diré… que estoy enamorado de ti. Pero… tal y como están las cosas, no estoy aquí para meter por la fuerza mi alma retorcida en la tuya.

- Ya lo sé…

- Sabes que soy un borracho, y yo sé que tú eres… supersónica.

Supersónica de Charly Efe.

Una vez más, cuando nuestros tiempos muertos se alían, estamos frente a frente.

Empieza otra partida en nuestro juego. El juego en el que hasta ahora siempre gana la cabeza al corazón. Sabemos que podemos construir un mundo en pocas horas, que podemos aislarnos de la rutina más soporífera para contarnos las cuatro cosas típicas. Frases típicas y tópicas que no suenan por encima de ese silencio que pregunta a gritos dónde están nuestros besos, esos que jamás nos dimos. Ese silencio que está tan desconcertado como nosotros.

Cuántas veces inventamos cómo sería nuestra historia. Tanto lo habremos pensado que parecemos vivir vidas paralelas sin censuras ni barreras. Ya te he hecho el amor no sé cuántas veces, he escrito versos por todo tu cuerpo, te he prometido hasta el cielo, y eso que las promesas no se me dan bien.

Si no he sido valiente y me ato al conformismo es porque aún me satisfago con refugiarme de todo mientras tomamos un café, que tu mirada me salve de la calle gris, de las caras lánguidas, que tu risa acabe con el frío de mis manos. No me canso de que me recuerdes cuáles son tus ataduras, no comprendo sin embargo, que sigas sometiéndote a una cárcel que no te conviene. Pero sé que no estoy en condiciones de ser tu libertad, de ser tu felicidad, aunque no deseo nada con tantas ansias.

Parece que Quique González nos haya escrito canciones, parece que te tengo en las tardes de León aunque estés tan lejos, mientras me tumbo a escucharlas y dejo que pase el tiempo.

Y a veces me sobreviene el miedo. El miedo que explica por qué soy tan cobarde y por qué tú me secundas. El miedo a que el encanto de nuestras tardes se rompa si todo cambia, el miedo a que rompas las cadenas y después nada tenga sentido.

Jamás he soportado el conformismo y ahora me aferro a él. Reconozco que inmerso en este mar de dudas estoy a punto de ahogarme, pero aún me fío del tiempo que a través del viento me prometió una noche, medio inconsciente de whisky que un día sería diferente. Desde ese día me limito a esperar.

El Vendedor de Versos.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Quizás el conformismo es la forma de evitar problemas.
Quizás es el que nos hace tener momentos de felicidad.
O quizás, con soma, todos nos conformemos.

Anónimo dijo...

Cuando la razón y el corazón se encuentran en polos opuestos siempre gana el más fuerte. El segundo ya hace tiempo que perdió su osadía y fuerza para afrontarse a la eterna ganadora.

Mientras eso ocurra, el corazón seguirá dejando escapar oportunidades pensándose que volverá a perder la batalla, y por su culpa, necias frases saldrán de una boca que, si pudiera, dejaría fluir sus verdaderos sentimientos sin miedo al rechazo. Pero ese es el mismo miedo y la misma confusión que flotan en el ambiente, los que hacen que nada surja de la manera prevista, los que paralizan a un cuerpo que un día tras otro imaginó sus movimientos en esa situación.

Pero espero que en algún momento todo eso cambie, y que la razón no sea la perdedora de una batalla, sino de la guerra.

Anónimo dijo...

y si las cadenas se han roto?? y si el amor con dudas fuera el mejor?
te arriesgarias? nunca se sabe si lo mejor es lo ke se hace aunque fracase o lo ke nunka se a intentado

Anónimo dijo...

He oído hablar tan bien de ti, que creía que estabas muerto...

Ariana dijo...

lo que has escrito es justo lo que siento en este momento...me identifico con tu personaje al pie de la letra.
Es una de esas epocas en las que hay dos opciones en tu cabeza, pero te limitas a esperar para encontrar algo que te diga qué tienes que hacer, pero todos sabemos que no va a llegar nunca a menos que ocurra un milagro. La esperanza, la fe en lo que prometiste hace ya tiempo, eso que te deja atado a algo, que en realidad no existe, solamente son ilusiones, deseos, objetivos que te hacen seguir adelante sin saber por qué, porque te paras a pensar y en realidad nada es lo que te crees que es.

en fin, no se si sabras quien soy. Ariana otra vez! :)
cuidate y me alegra saber que aun sigues en el blog!

besos

Anónimo dijo...

Tu no eres mi persona

Anónimo dijo...

¿Sabes? La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella