domingo, 25 de octubre de 2009

Del desencanto y el desengaño

"Y odié la vida, porque el trabajo que se ha hecho bajo el sol era calamitoso desde mi punto de vista, porque todo era vanidad y un esforzarse tras viento".

Libro del Eclesiastés 1:17.

Descubrir que los versos que anoche te apasionaban, a la mañana siguiente apenas te interesan. Que la mirada que prendía la llama ahora solo prende el fuego inocuo de tu indiferencia.
Se conocen las relaciones con fecha de caducidad, los intereses, las maldades, la sospecha, lo más bajuno del ser inhumano.
Los palacios se transformaron en andrajosas casuchas que ahora se caen a trozos. Porque ningún palacio se puede disfrazar de lujo para ocultar ese infierno que habita en él. Si las apariencias construyen sus vidas, aparentemente tendrán de todo y literalmente no tendrán nada. Pobres, pobrísimos, paupérrimos. Altivos, mezquinos, aduladores, avaros, egoístas, diablos, satanases.
Las ganas de volar y de soñar ahora son un ir tirando, una alegría de tanto en tanto, un ir sobreviviendo a la inmensa tristeza que provoca el desencanto.
La elegancia y lo pomposo, vanidad de vanidades.
Los sueños, sueños empaquetados, sueños que tú no decidiste soñar. Pedestales donde intentaron aposentarte para sentirte idolatrado, que tú has rechazado. Pedestales tras los que estúpidos se matan con tal de ser entronizados con la corona de la fama y la superficialidad.
Sociedad enferma, de los sinvivires, de los quehaceres, de los sin tiempo, de los sin alma, de los sinsabores. Mundo de la etiqueta, de la ignorancia, de la penumbra, del engaño, de las putas, los puteados y los hijos de puta. La sociedad del desengaño.

El Vendedor de Versos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ja t'ho vaig dir.. trobava a faltar llegir-te..
espero veure't aviat bixu.

si encara no t'has recuperat, millora't!

Violetcarsons dijo...

Te leo.

Te leo.

Estoy aquí. Encerrada y a lo lejos.